¿Por qué la bobina parece comportarse al revés que el transistor?
¿Por qué la bobina parece comportarse al revés que el transistor?
Por La Guardilla Podcast · 12 junio 2025
En electrónica hay parejas que trabajan juntas aunque parezcan opuestas. Una de las más comunes —y también más malinterpretadas— es la formada por una bobina y un transistor. Cuando el transistor corta la corriente, la bobina responde generando un pico de tensión en sentido contrario. A primera vista parece un comportamiento “contradictorio”; en realidad, es pura física.
Dos piezas distintas en un mismo juego
La bobina —componente pasivo— almacena energía en forma de campo magnético y se resiste a los cambios bruscos de corriente. Su comportamiento responde a la ley de Lenz: cuando intentamos detener la corriente que circula por ella, genera una tensión para mantenerla viva el máximo tiempo posible.
El transistor, en cambio, es un componente activo. Puede amplificar o actuar como interruptor. En modo conmutación realiza un gesto simple: abre o cierra el paso de corriente según la señal que recibe. No almacena energía; gestiona el flujo.
Cuando el transistor “dice basta”, la bobina responde “todavía no”.
El momento clave: el corte de corriente
Cuando ambos trabajan juntos —por ejemplo, activando un relé o un motor— se produce la escena típica:
- El transistor enciende el paso de corriente y alimenta a la bobina.
- La bobina acumula energía en su campo magnético.
- Al desconectar el transistor, la corriente se corta de golpe.
- La bobina intenta sostener el flujo generando un voltaje en sentido inverso.
Ese pico es la razón por la que algunos principiantes sienten que la bobina “va al revés”. No se opone al transistor por rebeldía, sino por inercia electromagnética: la corriente no desaparece de forma instantánea y el inductor busca un camino alternativo.
La protección imprescindible: el diodo de rueda libre
Ese voltaje inverso puede ser lo suficientemente alto como para dañar el transistor. Por eso se coloca un diodo en paralelo con la bobina (con polaridad invertida respecto al flujo normal). Cuando el transistor corta, el diodo ofrece una vía segura para que la energía almacenada se descargue sin generar picos peligrosos.
Es algo que encontramos en relés, motores, solenoides y prácticamente cualquier circuito basado en cargas inductivas.
Complementarios, no contrarios
La sensación de “comportamiento inverso” nace de que cada componente responde a una variable distinta: el transistor actúa frente a la tensión de control; la bobina frente al cambio de corriente. Uno corta, la otra intenta continuar.
Entender esta dinámica es clave para diseñar fuentes conmutadas y sistemas de control, pero también para interpretar chispas, ruidos y comportamientos extraños en prototipos. Siempre que hay una bobina luchando por mantener su corriente, el transistor está haciendo el trabajo contrario: imponer el apagado.
En resumen: no se contradicen, se equilibran. La física empuja hacia un lado, la conmutación hacia el otro.
Y es en esa tensión —nunca mejor dicho— donde aparece la electrónica interesante.

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